Cuando Courbet pintó L'origen du monde, allá por 1866, lo hizo consciente de la controversia que iba a generar.
["Es una pintura al óleo sobre lienzo, de unos 55 cm por 46 cm, que representa en primer plano un pubis femenino, el de un tronco de mujer desnudo, reclinado sobre las sábanas de un lecho y que tiene las piernas separadas. La escala, el encuadre y el punto de vista elegidos por el artista supusieron una radical novedad respecto de toda la tradición pictórica anterior, produciendo en el espectador una fuerte impresión de sensualidad y erotismo."]
Si bien es cierto que, posiblemente y a nivel técnico, Gustave Courbet se inspirase en las incipientes fotografías de la época y en daguerrotipos que mostraban desnudos similares, la finalidad del cuadro iba más allá de la mera lección anatómica. Era una lección moral.
Criticado por cada movimiento y odiado por la Academia, fue constantemente menospreciado públicamente por quienes defendían la importancia del dibujo en un contexto romántico y neoclásico, entre ellos (y muy especialmente) por artistas como Ingres: frente a su elección de los temas, propios del romanticismo, así como las tonalidades intensas y el trazo -abstracto-, Courbet elige temas cotidianos, retratando así el costumbrismo mediante una técnica de pincel muy rigurosa ("El arte debe plasmar la realidad", decía).
Cansado de no despertar la aprobación de la Academia y tras el rechazo del jurado en la Exposición Universal de París en 1845, decide crear un pabellón alternativo al que llamó Pabellón del Realismo, donde expuso obras como El taller del pintor, en la cual retrata a todas las personas que habían ejercido una influencia sobre él a lo largo de su vida.
El
Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) recoge estos días una muestra en la que Courbet es el nexo de unión entre artistas de la talla de Velázquez, Rembrandt o Millet, entre otros. Podremos ver, así, la huella que éste dejó no sólo en sus coetáneos, sino en autores posteriores (como, por ejemplo, Miró).
«Realismo(s). La huella de Courbet», estará abierta al público hasta el próximo 10 de julio. Reúne unas 80 obras entre pinturas, dibujos, fotografías y grabados, que permiten acercarse a este movimiento desde un punto de vista estético, iconográfico y temático.
Una oportunidad para entender de primera mano no sólo una manera de concebir el arte, sino toda una filosofía de vida.
Claudia de Bartolomé.
Nota: La imagen corresponde a una de las obras más conocidas de Gustave Courbet, la cual se incluye en la exposición mencionada. El desesperado (1844-1845).
Dado que El origen del mundo se considera una imagen, para algunos y algunas, desagradable, facilito el enlace por si alguien quiere contemplar la obra: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Origin-of-the-World.jpg