Normalmente os hablo de mis proyectos pasados, presentes y futuros, pero hay uno muy especial al que aún no le había dedicado unas palabras en este rincón tan mío, así que, queridos y queridas, la última entrada del año se la dedico al proyecto más bonito e inesperado de mi vida y que ha marcado este 2017 para siempre: Miss Lane & The Kryptonians.
Llegadas y llegados a estas fechas, nos da por hacer un balance a modo de resumen de las cosas más importantes que nos han pasado. 2017 ha sido un año de contrastes para mí: difícil en lo personal en muchas ocasiones, ascendente en lo profesional (sin prisa, pero sin pausa) y con una gran sorpresa. Si me decís a estas alturas el año pasado que iba a ser la cantante de un grupo de versiones, posiblemente me reiría a carcajada limpia. Y es que, aunque a muchas personas les cueste creerlo (entre otras cosas, porque los micrófonos rodean mi vida para ayudarme a presentar y narrar), me da vergüenza hablar en público. Y cantar ya ni os digo.
Por ese mismo motivo, siempre he relegado una de mis grandes pasiones al ámbito privado. No es de extrañar que me guste cantar: en casa somos melómanos y he escuchado cantar a Mamá, Papá y hermanos desde que tengo uso de razón. Pero siempre he canturreado en la intimidad o, como mucho, los típicos sábados que se te van de las manos y acabas dándolo todo en el karaoke a ritmo de Pimpinela con tus amigos.
Quienes nos conocéis o habéis seguido nuestra incipiente trayectoria, sabréis que el grupo surgió de forma casual, a raíz de pedirle ayuda a mi querida Olalla Ferga (batería de La Senda de Afra) para hacer una versión de Boca en la Tierra, de Vetusta Morla, como regalo de cumpleaños para mi mejor amigo (efectivamente, Hugo Ponce). Al acabar de grabar el vídeo, Olalla me propuso formar una banda de versiones en la que ella tocaría el cajón, Du Pernas la guitarra y yo me encargaría de la voz.
Nos estrenamos en público en el mes de abril y, desde entonces, no hemos parado. Poco a poco, y gracias al talento de mis compañeras, lo que para mí era impensable se fue convirtiendo en algo indispensable, único: y es que, más allá de los nervios, cada acorde, cada compás, cada verso que compartimos es un momento irrepetible.
Por eso, Olalla y Du, este post va para vosotras: no tengo palabras suficientes para agradeceros todo lo que hacéis por mí y el giro que le habéis dado a mi vida. Os quiero, os admiro y es un placer ver cómo esta pequeña familia kryptonier va creciendo.
Al 2018 le pido seguir sumando momentos únicos juntas.
Claudia de Bartolomé.
Información:
Canal oficial de Youtube: Miss Lane & The Kryptonians
Contratación: misslaneandtk@gmail.com